“Papá, él es
como tú”
Y es que sólo he conocido a otro como tú
ya te lo dije
eres tan como mi padre
que no te poseo
estás lejos
no existes
ERIKA SAID
Papá, sé que estuviste en prisión,
que vives en el taller del abuelo,
y todo se ha complicado
Entiendo que no es sencillo estar así,
al menos tienes la compañía de tu
amante,
cincuenta y tantos años y nunca
aprendiste a estar solo
Papá, mi madre dice que eres elocuente,
como los poetas; yo soy uno de ellos,
eres como los extraños en los que
confío,
pero mamá repite que no hay bondad en
ti
Mamá no entiende una cosa,
dice que eres un cerdo en un lecho de
rosas,
que Dios no debería regalarte perlas,
sólo de mala gana vas a aprender
Yo repito la historia,
tengo a un hombre como tú,
con elocuencia y cabello negro,
él tampoco se merece el cielo
Papá, él se parece tanto a ti,
me tiene esperándolo
se ha ido, no ha dicho cuándo volverá
“Si no te
hubiera conocido”
Si no te hubiera conocido,
no sabría distinguir a Jim Morrison
como poeta y como cantante
No conocería otra religión como la
tuya,
y el culto a la palma de tus manos
¿Cómo sabría lo que es renacer por las
mañanas?
cuando todo se veía como el vaso medio
vacío
Si no te hubiera conocido,
no sabría dormir de otra manera,
me haces descansar en el Trópico de
Cáncer,
sin fármacos ni té gourmet
¿Cómo sabría lo que es amabilidad?
me has mostrado a los extraños de la
calle
no son tan malos como se ven.
Me has dicho que
éramos como esos extraños
de hoy en adelante sería imposible no
reconocernos
“Oda triste
para mí”
Esto es para mí, que me pesa,
como cargar una maleta llena de piedras,
con grilletes en los pies
y subir un edificio de 20 pisos
Me pertenece a mí,
porque no tengo la vida resuelta,
horario de llegada y de salida,
y dos alarmas por si no despierto
No es para aquellos que viven
en constante precaución, y cruzan las
calles
con la luz en rojo, y no ingieren
gluten,
no es para ti, porque ya tienes
maestría
Te
repito, no podría ser para ti,
porque
cenas muy sano,
yo muy
pesado; cinco tacos, por favor,
de las
pesadillas yo me encargo
Es tan
mío, porque nadie me escucha,
nadie
me lee, ¿a ti qué te importa?
nunca
había sido tan triste desde que cumplí 16 años,
yo no
había dejado pasar tantos otoños sin amarlos
Para
mí se detuvo el tiempo,
no son
las pilas de mi reloj,
es que
me duele noviembre,
llevo sigo
viviendo en 2012
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Paola
Florisel Mejía Reséndiz, Torreón, Coahuila, (octubre 1996)
Poeta
en formación.
Estudiante
de la licenciatura en Historia en la Facultad de Filosofía, UAQ. Recientemente
publicó en el blog de poesía Lengua Suelta.